Pasos y Tarragona
Por medio de este artículo, el arqueólogo Joan Menchón quiere animar a los tarraconenses de los barrios de Ponent a participar en la Semana Santa tarraconense.
El otro día una persona a quien conozco hace unos mesos me dijo que era un TTV, es decir un “Tarragoní de tota la vida.” Pues sí, pero no, o quizás. El término TTV se ha venido utilizando para identificar una serie de personas de esta ciudad que nos vio nacer o nos ha adoptado, que se reconocen o identifican como referentes de la vida asociativa, cultural,
política. Normalmente el calificativo TTV se dedica a personajes y personas que forman parte de familias, colectivos, asociaciones e incluso partidos políticos desde hace muchos años, e incluso generaciones de presencia en la ciudad. Y esta es la situación paradójica: soy la primera generación nacida en Tarragona. Mis raíces familiares son lejanas a estas tierras, y soy hijo de Tarragona casi por casualidad. O no…
Mi familia paterna llegó a Tarragona desde un pueblo de Almería poco después de acabar la Guerra Civil. Eran años muy difíciles y marchar del pueblo fue una solución para no pocas familias. Y aquí llegaron en 1941, instalándose un tiempo en la Parte Alta, luego en el barrio del puerto y un tiempo después como conserjes del teatro Metropol. Era una época en que la ciudad era Parte Alta, Puerto, Serrallo y Ensanche y quedaban aún unos cuantos años para el nacimiento de los barrios y el crecimiento del Desarrollismo vinculado a la industria química.
La familia materna tuvo un recorrido diferente. El abuelo trabajaba en una conocida compañía de seguros que después de la Guerra fue abriendo sucursales en diferentes ciudades: Málaga, Murcia, Alicante, Valencia hasta que al final recaban en Tarragona, cerca ya de su origen, el barrio de la Barceloneta, en el puerto de la Ciudad Condal. Así dos orígenes con carácter que coinciden en una ciudad en aquellos tiempos bastante gris.
Al aparente desarraigo generacional se responde con un fuerte arraigo de los que ya hemos nacido aquí. La educación escolar en diferentes centros de la ciudad te permiten conocer gentes, personas de diversos orígenes, procedencias y mentalidades, y más en una época entre los 70 y 80 en que Tarragona se despierta y necesita buscar su identidad, pues desea dejar de ser una ciudad de clérigos, militares, ferroviarios, funcionarios y portuarios.
En aquellos tiempos la recuperación de las festividades y tradiciones fue un hecho esencial para esta vindicación del relato de ciudad. San Magín, Santa Tecla, la Semana Santa han sido piezas claves para la integración de personas de diversos orígenes, ideologías y procedencias.
Así en los castells o en los Diables, o los esbarts de la ciudad, en los bastoners, etcétera, se oía hablar tanto catalán como castellano, adoptando unos y otros los giros y dejes locales y dialectales. Y la Semana Santa no ha sido una excepción. Primero penitentes, después llevando pasos, entrando a formar parte de las juntas directivas de las entidades, y desde hace unos años con una cofradía hija de un primer grupo de personas de procedencia andaluza. Todas esto lleva a romper barreras, de manera que los TTV no son sólo determinados colectivos, sino que cada vez más hay personas de más lejos. Al fin y al cabo el buey no es de donde nace, sino de donde pace.
Joan Menchón
Majoral del Sant Sepulcre y vocal del Gremi de pagesos